Rusia presentó en el Salón Aeronáutico que se celebró del 17 al 23 de junio en Le Bourget,
cerca de París, sus aviones y helicópteros. Tras una de las
exhibiciones aéreas del avión de entrenamiento Yak-130, el piloto de
pruebas, Vasili Sevastiánov, habla con RIA Novosti sobre las ventajas de
la aeronave que pilota.
— El avión de instrucción y combate Yak-130 fue la primera
aeronave construida en Rusia tras la desintegración de la Unión
Soviética. ¿Cuántos años lleva trabajando con este aparato?
— Casi desde el principio. Piloté el primer prototipo, el Yak-130 de
demostración que fue diseñado en el marco del programa conjunto
ruso-italiano. Más tarde el Yakovlev Yak-130 y el Aermacchi M-346 se
convirtieron en programas separados para la construcción de un avión
entrenador de pilotos. Nosotros empezamos pruebas oficiales del Yak-130
en 2005 y en 2009 empezó su producción en serie.
— ¿Es más un avión de entrenamiento o de combate?
— Esta es la principal ventaja del Yak-130: puede ser usado con el
mismo buen resultado como un avión entrenador y como avión de combate.
Los sistemas de mando de vuelo están diseñados para vuelos conjuntos del
instructor y el piloto cadete, pero el avión puede ser pilotado por una
persona. De ahí que se utilice en las escuelas de aviación para
adiestrar a los futuros pilotos y a la vez para entrenamiento avanzado
en técnicas de pilotaje y misiones de combate de cazas de cuarta y
quinta generación.
— ¿Es difícil de manejar?
— Es un avión único. Posee un sistema de mando de vuelo automático
que puede ser manejado a distancia y permite evitar errores. Tiene una
función que al ser activada regula la altura de vuelo y no permite al
piloto superar la altura marcada por el instructor. Incluso si el avión
entra en picado, al alcanzar cierta altura, el sistema desactiva el
mando manual y hace que el avión recupere la posición horizontal.
— ¿De qué otros sistemas de seguridad está dotado el Yak-130?
— Si el piloto es incapaz de recuperar la posición de la aeronave
tras un bandazo, se activa el modo de estabilización automática. El
sistema elimina efectos negativos como sacudidas y vibraciones y asegura
la estabilidad y el confort del vuelo, permitiendo además su control.
— ¿Todos estos sistemas están pensados para entrenar a pilotos inexpetos?
— También sirven para los aviadores experimentados, porque ellos
también cometen errores. Son menos frecuentes pero a veces incluso más
graves que los de los 'novatos'. Los pilotos se entrenan toda su vida.
— ¿Cuántos aparatos están operativos ahora?
— La Escuela de Aviación de Borisoglebsk (parte central de Rusia)
cuenta con 38 aviones Yak-130. De momento suministramos aparatos nuevos
solamente allí, más tarde empezaremos los suministros a los regimientos
de aviación del Ejército para entrenamientos. Tenemos contratos
cerrados de suministros hasta el año 2020.
— ¿Qué potencial de modernización tiene Yak-130?
— Todo depende de los objetivos fijados por el cliente. Este avión
puede ser adaptado a sus necesidades, la única restricción es su peso.
Es un aparato ligero, el peso de armamento está limitado. Pero sí es
posible aumentar la potencia de los motores y entonces se podría dotarlo
de un casco blindado y equipar con nuevos sistemas de armamento. Estas
modificaciones no impedirán que la aeronave ejecute bien las misiones de
combate, es decir, no perjudicará su maniobrabilidad. Así que las
características del Yak-130 hacen que sea un avión con potencial de
modernización muy alto.
— ¿En Rusia se utiliza como un avión de entrenamiento?
— Sí, el Ministerio ruso de Defensa de momento tiene previsto usar
este aparato para entrenar pilotos de alta maniobrabilidad, para la gama
de aeronaves de cuarta o quinta generación. En esta función sustituirá
el ya obsoleto L-39. En cuanto esta tarea esté cumplida se estudiará la
posibilidad de usarlo como avión de ataque ligero. Aunque para eso
habría que protegerlo con un casco blindado.
— ¿Tienen problemas para completar la plantilla de pilotos?
— Lo tendremos durante los tres próximos años porque la academia de
aviación en Krasnodar (sur de Rusia), que prepara los pilotos militares,
durante tres años no matriculaba a los cadetes. Aunque este lapso lo
podremos aprovechar para completar el parque de las academias con nuevos
aparatos y así los futuros pilotos podrán dejar de usar los obsoletos
aviones L-38 y Su-25. En este sentido una solución ideal es
sustituirlos con el Yak-130 dotado con los más modernos sistemas de
aviónica.
— Los pilotos de combate se ven expuestos a bruscos cambios de gravedad debido a los movimientos del aparato. ¿Cómo lo soportan?
— Las fuerzas G, una medida de aceleración, que actúa sobre el cuerpo
del piloto del Yak-130, pueden llegar, como en los cazas pesados, hasta
+8g. Esto significa que los pilotos deben soportar 8 veces su peso. Si
alguien pesa 60 kilogramos se sentirá como si pesara media tonelada. En
los aviones, las fuerzas G normalmente están orientadas hacia los pies,
haciendo que llegue menos sangre al cerebro causando principalmente
problemas de visión y al cerebro. Además causa la casi inmovilidad de
las extremidades. Pese a todo eso el aviador tiene que realizar unas
maniobras de gran complejidad.
Por eso, todas las mejoras realizadas en el sistema de mando de vuelo
del Yak-130 tenían por objetivo facilitar el trabajo de los tripulantes
en condiciones extremas y permitir evitar tragedias en caso de pérdida
de control, auque hay mucho camino por delante.
— ¿Qué es lo que le falta al Yak-130?
— Por ejemplo estamos trabajando en perfeccionar el sistema de mando
de vuelo automático. El modo automático en el Yak-130 se activa en
cuanto las fuerzas G alcanzan el valor de 6,5. De esta manera un piloto
nunca puede aprender a reaccionar correctamente en condiciones de cargas
máximas, de 8g.
— ¿Durante los vuelos de exhibición también se activa el modo automático?
— No, porque podría ser peligroso para los espectadores, ya que los
vuelos se realizan a alturas muy bajas: entre 152 y 1.000 metros para
nuestro avión, por ejemplo. Por eso los pilotos usan solamente el modo
de mando manual.
— ¿El Salón de Le Bourget es la primera presentación del Yak-130 en el extranjero?
—Es la primera vez que presentamos un modelo producido en serie,
anteriormente los vuelos de exhibición los realizaba el prototipo
Yak-130D que participó en los Salones Aeronáuticos de Malasia, de
Farnborough (Gran Bretaña) y de Rusia.
Por cierto, a Farnoborough viajamos con el prototipo, pero es
bastante complicado ya que los aeropuertos civiles piden que los aviones
de combate vayan acompañados por un avión civil y cumplan con muchos
trámites. Por eso a Francia trajimos nuestro avión medio desmontado,
aunque tiene suficientes reservas de combustible para realizar un vuelo
de tres horas.
— ¿Se va a crear un grupo de acrobacia aérea para los Yak-130?
— Ya hemos empezado a formar el grupo acrobacia aérea, pero el
proyecto ha sido congelado por varios motivos. Tarde o temprano la idea
saldrá adelante.
— ¿El Yak-130 tiene algo que envidiar a los aviones de la misma clase en cuanto a sus posibilidades de alto pilotaje?
— En absoluto. Es capaz de ejecutar con éxito maniobras de vuelo
especificas de los aviones de combate supersónicos más modernos,
incluyendo los cazas pesados. En este sentido supera con creces a los
aviones de entrenamiento de la generación anterior ya que permite al
piloto escoger los ángulos de ataque mucho más variados.
— ¿Cómo se hizo usted piloto de pruebas?
— Me gradué de la Academia de Aviación de Borisoglebsk, luego serví
en las Fuerzas Aéreas de Rusia. Desde 1993 trabajo en la empresa
Yákovlev, fabricante de los Yak, donde hice un curso de formación en la
escuela para pilotos de pruebas.
— ¿Un piloto de pruebas debe gozar de una salud impecable?
— Creo que una salud absoluta sólo puede tenerla un recién nacido.
Los requisitos de salud para los pilotos de pruebas son los mismos que
para los pilotos militares. No está prohibido fumar, aunque yo
personalmente no fumo. Cada día entrenamos, corremos. Llevamos una vida
que se parece a la de los deportistas.
© RIA Novosti. Anna Yudina
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