Pendiente de la
aprobación final por parte del ministro de Defensa, Ismet Yilmaz, y del
primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, Turquía se habría decantado para
su programa Loramids (que contempla la adquisición de doce sistemas de
defensa que puedan detectar y destruir misiles balísticos a 120
kilómetros de distancia) por la oferta china de sistemas antiaéreos
HQ-9, que serían coproducidos, en detrimento de la propuesta de sus
rivales, Raytheon y Lockheed Martin, con el Patriot, la rusa
Rosoboronexport, con el S-300, y el europeo EuroSam, con el SAMP/T Aster
30.
La decisión, no confirmada oficialmente, ha generado gran controversia,
en tanto los sistemas chinos no podrán integrarse en el engranaje de
alerta temprana desplegado en territorio turco por la OTAN.
China, a través del consorcio Precision Machinery Export-Import Corporation, propuso a Turquía el HQ-9 (muy similar al ruso S-300V, que dota a la Defensa china y del que, prácticamente, ha fabricado un clon) y estaría dispuesta a transferir a Turquía la tecnología de producción de los sistemas, un programa cuya licitación se eleva a 4.000 millones de dólares.
defensa.com
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