El viceministro de Defensa, Libor Karásek, encabeza la delegación de la República Checa que ha visitado la línea de montaje final del avión de transporte militar C295, entre otras instalaciones de Airbus Military en España. Esta representación, en la que también figura el coronel Jaromir Sebesta, subcomandante de la Fuerza Aérea del país centroeuropeo, ha confirmado la aceptación de los cuatro C295 adquiridos en 2009 y que se llegó a poner en duda un tiempo después.
Este verano el Ministerio de Defensa checo ya emitió un comunicado confirmando el buen resultado de las pruebas de la defensa pasiva del C295M,
con lo que se garantiza que pueden operar “de forma segura a través de
territorios en los que podrían estar en peligro por un ataque aéreo o
terrestre”.
Un año antes la Fuerza Aérea checa había anunciado que los sistemas antimisiles de sus cuatro aviones de transporte militar C295M, desarrollados por España,
habían fallado las pruebas a las que se les había sometido, lo que
impedía su despliegue en misiones en el extranjero, que es para lo que
fueron adquiridos en 2009.
Aquellos fallos se sumaban a otros ya
detectados y subsanados unos meses antes, lo que levantó la polémica
acerca de esta compra y puso en el punto de mira de la policía checa al
ex ministro de Defensa Vlasta Parkanova por posibles irregularidades en su adquisición, valorada en cerca de 140 millones de euros.
Finalmente, una vez subsanados los problemas, el actual ministro de Defensa, Vlastimil Picek, anunció este verano en una rueda de prensa acerca de los C295
que sus Fuerzas Armadas “están equipadas desde ahora con cuatro
aeronaves de transporte en pleno funcionamiento capaces de volar en un
amplio espectro de tareas, tanto en casa como en el extranjero”, con lo
que daba por cerrado el capítulo de problemas y evidenciaba su
“satisfacción de poder informar de la conclusión de un largo y
complicado capítulo de nuestra Fuerza Aérea”.
Ahora,
con la mencionada visita a España, Airbus Military ilustra el
reencuentro entre la empresa y las autoridades checas con una fotografía
en la que muestra a la delegación de ese país que ha visitado las instalaciones españolas, posando ante uno de los C295 de la Fuerza Aérea Checa, y junto a Ramón Bau, del departamento de apoyo al cliente de Airbus Military, y Agustín Benassar, del departamento comercial de la compañía.
Los C-295 de la Fuerza Aérea checa fueron adquiridos a finales de 2009 para reemplazar sus obsoletos Antonov An-26. Estos aviones, desarrollados por España, están fabricados por Airbus Military, división de aviación militar del consorcio EADS que el año que viene pasará a formar parte de la nueva Airbus Defence & Space, junto a Astrium y Cassidian.
El C295
es un avión de usos múltiples que se emplea en misiones humanitarias,
en operaciones de despliegue de fuerzas de intervención rápida, en
vigilancia marítima, y en distintas tareas de seguridad del territorio.
Está preparado para transportar a 71 paracaidistas o, entre otras
opciones, cinco pallets grandes o diez pequeños. Su velocidad máxima de
crucero es de 260 nudos (480 kilómetros por hora) y su peso máximo al
despegue es de 23,2 toneladas.
Fotos: Airbus Military y Ministerio de Defensa Checo
Infodefensa.com
Ginés Soriano,
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