Esto culminó con la presentación de los informes de los expertos de la Asamblea General de la ONU sobre la peligrosidad de los drones.
En principio, se ha planteado la cuestión de la necesidad de un control
internacional sobre el diseño y la utilización de los robots militares.
Los analistas están convencidos de la actualidad del problema, pero
también, de que quedará sin respuesta.
Los
más tristes ejemplos de robots militares no pilotados se conocen
gracias a las informaciones de los medios de prensa acerca de las
acciones militares y las operaciones especiales del Ejército de EEUU en
Afganistán y Pakistán.
Los drones
patrullan constantemente el territorio de estos países y en caso de
necesidad golpean a las agrupaciones de combatientes. Sin embargo, el
caso es que bajo el fuego de estos exterminadores caen habitantes
pacíficos, los cuales se convierten en víctimas, según se ha
determinado, con la misma frecuencia que los muyahidines o incluso más,
mientras el mando militar ni se toma el trabajo de hacer públicas las
estadísticas de los ataques robotizados desde el aire.
Organizaciones
independientes tan conocidas como Human Rights Watch y Amnistía
Internacional han dedicado informes a la utilización incontrolada de drones. La influyente revista norteamericana Time
relató sobre la existencia de todo un movimiento, Campaign to Stop
Killer Robots, que se pronuncia a favor de la prohibición internacional
de los robots asesinos autónomos. Aunque nos imaginamos que de una
manera más sistemática han abordado este problema los expertos de las
Naciones Unidas, o como se les llama tras las paredes de esta respetable
organización: los conferencistas especiales de la ONU.
En
dos documentos presentados en estos días a la Asamblea General de la
ONU, se analiza la práctica y los resultados de la utilización de los drones
contra los terroristas, así como la correspondencia de todo esto con
las normas internacionales.
El experto de la ONU en la lucha contra el
terrorismo, Ben Emmerson, en su informe propone a todos los Estados que
utilizan drones que garanticen “la transparencia en cuestiones
de diseño, adquisición y utilización de naves artilladas no pilotadas”.
Así mismo emite un llamamiento a los Gobiernos de develar al máximo la
información sobre la utilización de drones en las operaciones
antiterroristas sobre el territorio de otros Estados, así como publicar
las cifras correspondientes a las pérdidas reales entre la población
civil.
Los llamamientos del conferencista especial de la ONU sonaron, como mínimo, ingenuos, afirmó en una entrevista a La Voz de Rusia el experto militar Vladímir Scherbakov:
–Esto
es imposible, es un absurdo total. Nadie, nunca, va a hacer esto de
manera transparente, si lo que ellos ejecutan son operaciones
especiales. Esto es lo mismo que exigirle a nuestra policía que cuelgue
en Internet sus materiales sobre las actividades de persecución
operativa. Nadie, nunca, ni un solo país normal del mundo preocupado por
su bienestar y su seguridad, podría estar de acuerdo con el
planteamiento del problema de manera que se haga transparente la
utilización de sus servicios especiales. Esto se podría, o bien
limitarlo, o bien exigir el cumplimiento de los acuerdos internacionales
existentes que prohíben la utilización de cualquier fuerza armada en el
territorio de otro Estado soberano, mientras no exista ningún acuerdo
intergubernamental.
Entre
tanto, hace ya bastante tiempo que diferentes organizaciones defensoras
de los derechos han planteado la necesidad de prohibir totalmente la
utilización de drones. Desde la primavera de este año, las
organizaciones integrantes del movimiento Campaign to Stop Killer Robots
exigen la prohibición no solo de la utilización sino incluso del diseño
de robots militares.
En realidad se está hablando de aparatos
completamente autónomos, o sea, independientes en el momento de
seleccionar un objetivo. Los argumentos fundamentales de los
“neoluditas” son los asesinatos de inocentes por error de drones;
la probabilidad de que semejantes tecnologías caigan en manos de
enemigos o de agrupaciones extremistas y terroristas; fallos peligrosos
en el programa, etc.
La
introducción de cualquier tipo de prohibiciones en esta rama es una
cuestión bastante controvertida, según considera el comentarista militar
de la agencia de información Rosinformburó, Anatoli Sokolov:
–No
considero adecuado limitar totalmente el desarrollo ulterior de la
técnica robótica porque esta es una de las direcciones fundamentales del
desarrollo científico técnico contemporáneo en la esfera destinada a
los equipos, tanto civiles, como militares. Pero si miramos al
horizonte, entonces, claro está, el desarrollo incontrolado de autómatas
y de robots asesinos puede conllevar a un daño suficientemente
sensible.
Por
eso, Anatoli Sokolov presupone, si no ahora mismo en un futuro cercano,
que será necesario comenzar a desarrollar algunas normas y reglas
regulatorias para el diseño y la utilización de sistemas robotizados.
Diferenciar legislativamente este problema es un sinsentido, considera
por su parte Vladímir Scherbakov.
Por cuanto ya existen leyes
internacionales relativas a la utilización de armamentos de toda clase.
Puede que tenga sentido la reformulación de estas leyes en el sector de
la utilización del armamento autónomo. De manera que el problema no está
en los drones en sí, sino en el carácter de su utilización. Pero quienes usan estos sistemas, son los propios seres humanos.
Foto: EPA
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