A juzgar por las últimas declaraciones de personajes oficiales rusos, el contrato de suministro de veinticuatro cazas rusos Su-35S a China pudiera ser acordado a finales del presente año o principios del venidero.
Ello
 significa que si las condiciones son favorables, China comenzará a 
recibir los primeros aviones ya en 2015. La experiencia de explotación 
de los cazas Su-27, Su-30MKK y Su-30MK2 que poseen permitirá a los 
pilotos chinos asimilar rápidamente el Su-35S. De esta manera, ya en 
2017-2018 el escuadrón aéreo de los Su-35S podrá alcanzar su preparación
 combativa inicial.
La
 Fuerza Aérea del Ejército Chino es una de las más grandes del mundo, 
por lo que la llegada de veinticuatro aviones no modificará 
considerablemente sus posibilidades. 
¿Cuáles son las razones para la 
compra de estos aviones? 
La opinión más generalizada es que obtendrían 
acceso a los motores rusos AL-41F1S (117S), variante que no resiste la 
crítica. Un motor de aviación no puede ser copiado simplemente sobre la 
base del estudio de la construcción de un modelo extranjero. Más aún, 
Rusia está dispuesta a suministrar sus motores para los aviones chinos. 
Si, por ejemplo, China necesitara motores para garantizar las pruebas de
 vuelo y producción de un grupo experimental de cazas J-20, los chinos 
podrían adquirirlos sin dificultad.
Una
 razón más importante sería la necesidad de conocer la estructura del 
avión, fundamentada en la construcción básica del avión soviético Su-27,
 la producción del cual ha sido asimilada en China. Pero para las 
pruebas y estudio hace falta solamente una pequeña parte de los aviones.
Evidentemente, la mayoría de los cazas comprados ingresarán en las 
unidades militares de la Fuerza Aérea o en la aviación de la flota. 
También aquí existen esferas de utilización en las que incluso una 
pequeña cantidad de Su-35S puede incidir notablemente en la situación. 
Ante todo estaríamos hablando de la situación alrededor de las 
disputadas islas de Diaoyu (Senkaku).
Desde
 marzo del año 2013 China cambió su táctica de actuación en la región de
 las islas en disputa. Si con anterioridad se dirigían solamente barcos y
 aviones desarmados del servicio de control marítimo, ahora la aviación 
militar china y los barcos comenzaron a patrullar regularmente las 
cercanías de las islas. A la intercepción de los aviones chinos 
regularmente realizan salidas los cazas japoneses F-15J.
Durante
 semejantes contraposiciones sin derramamientos de sangre, el Su-35S 
podría resultar un instrumento muy útil para demostrar las pretensiones 
territoriales chinas. Comparado con los cazas japoneses, el Su-35S tiene
 dos ventajas importantes: un radar muy potente y alta maniobrabilidad. 
En el avión está instalada una planta radiolocalizadora Irbis-E que 
permite descubrir objetivos aéreos a distancias hasta de 350-400 
kilómetros.
Esto
 significa que el Su-35S que se encuentre en el espacio territorial de 
China podría observar la situación aérea sobre las islas y mantenerse 
invisible. Como resultado, para los chinos, surgiría la posibilidad de 
encarar acciones en la región en disputa antes de que la aviación nipona
 pueda reaccionar. 
Claro está, que la observación del espacio aéreo 
sobre las islas podría ser garantizada también con aviones de detección 
por radar a larga distancia o con barcos, pero el número de semejantes 
aviones es limitado en China y la presencia de naves cerca de las islas 
es demasiado notable y puede alertar al adversario.
En
 caso de un encuentro con los cazas japoneses puestos en el aire a causa
 de una alarma, el Su-35S también puede tener ventaja a partir de sus 
motores con vector de tiro dirigido y súper maniobrabilidad. La parte 
china puede obtener la posibilidad de jugar con los nervios de su 
adversario y demostrar su superioridad, sin traspasar los límites 
formales que pudieran conducir a acciones bélicas reales.
Fotо: ru.wikipedia.org/Vitaly V. Kuzmin/cc-by-sa 3.0 








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