El fallecimiento de un alto funcionario indio
encargado de las adquisiciones de sistemas aéreos supone el enésimo
revés para Dassault, que lleva más de veinte meses esperando a que las autoridades indias rubriquen la compra de 126 de sus aviones de combate Rafale.
En enero de 2012 la empresa francesa resultó ganadora en concurso
abierto para dotar a la fuerza aérea del gigante asiático con nuevos
cazas. Sin embargo, el contrato definitivo no se ha llegado a firmar
aún, lo que ha levantado las esperanzas de los fabricantes del Eurofighter, su gran competidor en el proceso, que aún no se descartan de esta venta.
La reciente muerte por un ataque al corazón del secretario adjunto del Ministerio de Defensa indio, Arun Kumar Bal,
que se encargaba de las adquisiciones aeronáuticas obliga a su
sustituto a familiarizarse con el trabajo, con los inconvenientes que
esto puede conllevar, según ha apuntado a la publicación Defense News un alto funcionario familiarizado con las compras militares.
En
cambio, otra fuente del ministerio indio quita hierro al asunto al
afirmar que la muerte del funcionario “no tendrá ningún impacto” en el
proceso, ya que se solventará “nombrando un sustituto”.
En todo
caso, Dassault aún no tiene garantizado el contrato indio, valorado en
8.000 millones de euros, como ya le advirtió a principios de este año el
ministro de Asuntos Exteriores, Salman Khurshid, cuando conminó a Francia,
textualmente, a no destapar aún las botellas de champán para celebrar
la venta de los 126 cazas, ya que aún no se había concretado un acuerdo
definitivo. Al igual que ahora, que todavía no se ha firmado el
contrato.
La situación aún podría empeorar más para Dassault si Eurofighter se hace con el concurso para dotar a Emiratos Árabes Unidos de sesenta cazas, y al que se presentó oficialmente hace poco más de una semana. En aquel momento, el diario británico Daily Telegraph recogía las palabras del analista de UBS (antigua Unión de Bancos Suizos) Charles Armitage
en las que apuntaba que la India podría reconsiderar su contrato con
Dassault y acabar adquiriendo también aviones Eurofighter. “A nadie le
gusta ser el único cliente de exportación de un programa, porque se
reduce flexibilidad y se aumentan los costes de mantenimiento y
actualización”. De modo que, teniendo en cuenta que India sería el único
cliente internacional del Rafale, esta circunstancia “podría devolver al Typhoon al primer plano”.
La influencia de las elecciones
También
juega en contra de Dassault la cercanía de las próximas elecciones
legislativas indias, que tendrán lugar en el primer semestre del año que
viene, y que podría dar lugar a un nuevo Gobierno
menos comprometido con la venta a Francia. Además, las finanzas indias
están sufriendo la presión de los inversores y las agencias de
calificación para mantener controlado su déficit público, añade la
información de Defense News.
En cuanto a Eurofighter, la
pérdida a principios de 2012 del concurso indio le ha supuesto un
importante revulsivo para adoptar mejoras que aumenten sus posibilidades
en el mercado internacional. Así, los desarrolladores del programa
europeo trabajan activamente en la adopción de un nuevo misil aire-aire
y, sobre todo, de un radar de barrido electrónico AESA, un requisito en el que India estaba muy interesado y que Dassault acaba de conseguir montar en sus Rafale –el primer caza europeo que ya lo equipa–
Infodefensa.com
Ginés Soriano
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