miércoles, 24 de septiembre de 2014

España afronta el mayor despliegue militar de su historia reciente



En medio de seis años consecutivos de recortes presupuestarios, las Fuerzas Armadas afrontan el mayor despliegue de la historia contemporánea española con una docena de misiones internacionales en los escenarios estratégicos más inestables del mundo.  

A punto de concluir el Gobierno los Presupuestos Generales del Estado para 2015, en medios militares se espera que los recursos económicos del próximo ejercicio frenen la caída libre que comenzó con la crisis económica y se mantengan, al menos, en los mismos niveles de 2014.

La crítica situación debido a los recortes que han reducido en un 30% el presupuesto de Defensa, ha acelerado la transformación de las estructuras operativa y orgánica de las Fuerzas Armadas, priorizando unas capacidades y postergando otras con el fin de garantizar la Defensa Nacional y cumplir los compromisos con nuestros aliados. 

Nunca en nuestra historia reciente los militares españoles habían estado desplegados simultáneamente en el este de Europa, África subsahariana, Asia Central, Oriente Medio, océano Índico y Centroeuropa, formando parte de coaliciones multinacionales en el seno de la OTAN, lideradas por la Unión Europea o Naciones Unidas.

 
Contingentes españoles están actualmente en: Herat (Afganistán), en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF); Marjayún (Líbano), como parte de la Fuerza de Naciones Unidas (UNIFIL); Mali, junto a Francia en la misión de la UE contra el yihadismo; Dakar (Senegal), un destacamento de apoyo aéreo a la misión en Mali; Bangui (República Centroafricana), en la misión lanzada por la UE para estabilizar el país en guerra civil; Libreville (Gabón), un destacamento aéreo de apoyo a la anterior misión; el cuerno de África, en la misión de la UE de lucha contra la piratería somalí; Yibuti, como apoyo aéreo a la anterior misión; Mogadiscio (Somalia), para entrenar al nuevo ejército somalí; Bosnia y Herzegovina, dentro de la misión de la UE para mantener la seguridad.


Pero el despliegue español se ha ampliado desde este verano a Europa del Este, como consecuencia de la guerra en Ucrania que enfrenta a Rusia y la OTAN. España enviará a partir de enero cuatro cazabombarderos Eurofighter a Estonia, junto a cazas del Reino Unido y Polonia, a fin de reforzar el espacio aéreo del Báltico. Ha ofrecido, asimismo, un avión Boeing 707 con capacidad de guerra electrónica, dos fragatas (una para el Báltico y otra para el Mediterráneo oriental) y un batallón mecanizado.

La semana pasada el ministro de Defensa, Pedro Morenés, anunciaba en el Congreso de los Diputados que España desplegará a finales de enero en la frontera sur de Turquía, que comparte con Siria e Irak, una batería de misiles antiaéreos Patriot con seis lanzadores y 130 militares que relevarán a una batería holandesa. Estos misiles tierra-aire, ubicados habitualmente en el estrecho de Gibraltar, pasarán a formar parte del operativo de la OTAN para proteger a la población turca de posibles ataques aéreos y de misiles balísticos lanzados desde Siria.


El despliegue español se ampliará tras la reciente cumbre de Gales en la que la OTAN aprobó la creación de una fuerza de reacción rápida formada por entre 4.000 y 5.000 efectivos con capacidad de ser desplegada en 48 horas. 

La finalidad de esta fuerza -que Polonia ha solicitado sea estacionado en su territorio- es sacar músculo ante Putin, aunque podrá ser aerotransportada a cualquier espacio estratégico donde se vean en peligro los intereses aliados como, por ejemplo, el Sahel.

El Ministerio de Defensa estudia la aportación española a esta fuerza, que se concretaría en el batallón mecanizado citado anteriormente, así como el cuartel general terrestre de alta disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia), un centro de mando y control proyectable que de forma rotatoria sería uno de los cuarteles generales de la fuerza de acción rápida. 

España también pondrá capacidades militares a disposición de la coalición liderada por Estados Unidos para combatir al Estado Islámico (EI o ISIS) en Irak y Siria, al entender que el islamismo radical es una amenaza que debe combatirse en su foco de origen antes de que afecte a Europa.

Morenés desveló en su comparecencia ante la Comisión de Defensa que un general y siete oficiales se encontraban ya en el Cuartel General de Tampa (Florida, Estados Unidos) para participar en las conversaciones sobre las capacidades militares que aportará cada uno de los 48 países que ya se han integrado en la coalición. 

Como de momento Estados Unidos solo plantea ataques aéreos contra el ejército del EI, y no una intervención terrestre, el Gobierno estudia el tipo de apoyo aéreo que podría prestar, excluidos los bombardeos. Fuentes militares señalan que nuestra participación podría limitarse a proteger con cazas la zona de exclusión aérea en torno a las zonas de Siria e Irak afectadas por los bombardeos, en un despliegue similar al de la campaña de Libia que acabó con el régimen de Gadafi.

Sin embargo, el interés del Pentágono respecto a nuestra aportación a la coalición se centra en obtener del Gobierno español facilidades logísticas en las bases de utilización conjunta de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla), como ya ocurriera en las anteriores guerras del Golfo. Ambos enclaves a la entrada del Mediterráneo son imprescindibles para el "puente aéreo" que se establecerá desde el territorio norteamericano al teatro de operaciones.

Como puede verse, el despliegue exterior de las Fuerzas Armadas abarca escenarios impensables hace apenas unos años como el Este de Europa, cuando Rusia y la OTAN mantenían una cálida luna de miel, el regreso al avispero iraquí o la creciente inestabilidad en el Sahel, nuestra frontera sur. 

que necesitan sistemas de mando y control modernos, un esfuerzo en la obtención de inteligencia que permita adelantarse a las amenazas, eficaces unidades de operaciones especiales, capacidad de respuesta ante las ciberamenazas, y sistemas de armas adecuados para cada tipo de operación, por solo señalar las capacidades más críticas.

Pero todo este esfuerzo para hacer posible una presencia eficiente en una docena de teatros de operaciones necesita de recursos económicos suficientes, que solo pueden materializarse si las fuerzas políticas y la sociedad son conscientes de que el poder de una nación y el respeto de la comunidad internacional no solo reside en su peso económico, comercial y diplomático; sino que se asienta también en sus capacidades militares.

Enrique Montánchez
http://www.onemagazine.es 

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