Estados Unidos y Japón han
dado un nuevo impulso a su alianza militar. Durante el encuentro ayer
del ministro de Defensa de EEUU, Chuck Hagel, y el secretario de Estado
norteamericano, John Kerry, con Itsunori Onodera y Fumio Kishida,
ministros de Defensa y Exteriores respectivamente de Japón, se ha
acordado el despliegue de UAVs “Global Hawk” norteamericanos a partir
de la próxima primavera en bases niponas, de hecho, y según el diario
The Washington Post, en la base de Guam ya se habrían desplegado estos
sistemas del fabricante Northrop Grumman. Los acuerdos suscritos entre
ambos países determinan, según Kerry, “los cimientos de la relación de
seguridad entre Japón, EEUU y la región para los próximos 15 o 20 años”.
Los “Global Hawk” se establecerán en
bases militares niponas con el objetivo de vigilar zonas fronterizas de
Corea del Norte. No es la primera vez que Washington utiliza este tipo
de tecnología para espiar a países cuyos programas nucleares suscitan
recelos, EEUU tiene desplegadas así varias unidades en el Golfo
Pérsico. La decisión pretendería impulsar también el que Japón, que
atraviesa momentos de tensión con China por la disputada soberanía de
las islas Senkaku, adquiera sus propios “Global Hawk”. En lo que
respecta a los meses más inmediatos, y como causa directa de la
vigilancia marítima que se quiere reforzar, Japón recibirá, a partir del
mes de diciembre, los aviones patrulla P-8 de vigilancia marítima.
Sobre la entrega de los F-35, que tomarán el relevo a los F-4 Phantom II de la Fuerza Aérea nipona, pese a que todavía se encuentran en desarrollo, podrían estar listos para ser entregados en 2017, adelantándose así a la fecha prevista, que en un principio se fijó en 2018. En mayo del año pasado la DSCA informó al Congreso de EEUU que podrían vender a Japón hasta 42 Lockheed Martin F-35 A Lightning II.
Según informó la agencia EFE esta semana, Japón ya ha cerrado acuerdos con las empresas que participarán en la puesta a punto de los F-35, en contratos valorados en 658 millones de euros. Así, la revisión y el ensamblaje de estos cazas correrán a cargo de Mitsubishi Heavy Industries, mientras que IHI fabricará el material del motor y Mitsubishi Electric será la firma encargada de la manufactura de los componentes del sistema del radar.
Otro de los acuerdo más importantes que reforzarán la defensa aérea de Japón ha sido la confirmación de la instalación, a lo largo del próximo año, del radar de banda X, que se desplegará como sistema de alerta temprana antimisiles. El lugar será la base militar de Kyogamisaki, en Kioto, en el oeste del archipiélago. Por otra parte, Okinawa, uno de los puntos más polémicos de la alianza militar entre ambos países, también era tratado durante la cumbre. Los marines norteamericanos que se encuentran desplegados en Okinawa abandonarán la base a partir de la primera mitad de la próxima década. Japón ayudará económicamente al traslado de este contingente a otros puntos del archipiélago y del Pacífico, para ello pondrá sobre la mesa unos 3.100 millones de dólares.
Así, y tras reforzar los vínculos con Seúl, EEUU potencia su alianza con Tokio con el objetivo de contrarrestar al poder militar que pueda ir adquiriendo Corea del Norte en la zona. Por el rabillo del ojo, e indirectamente, todas estas maniobras están encaminadas a equilibrar el enorme despegue militar de China en el Pacífico.
Sobre la entrega de los F-35, que tomarán el relevo a los F-4 Phantom II de la Fuerza Aérea nipona, pese a que todavía se encuentran en desarrollo, podrían estar listos para ser entregados en 2017, adelantándose así a la fecha prevista, que en un principio se fijó en 2018. En mayo del año pasado la DSCA informó al Congreso de EEUU que podrían vender a Japón hasta 42 Lockheed Martin F-35 A Lightning II.
Según informó la agencia EFE esta semana, Japón ya ha cerrado acuerdos con las empresas que participarán en la puesta a punto de los F-35, en contratos valorados en 658 millones de euros. Así, la revisión y el ensamblaje de estos cazas correrán a cargo de Mitsubishi Heavy Industries, mientras que IHI fabricará el material del motor y Mitsubishi Electric será la firma encargada de la manufactura de los componentes del sistema del radar.
Otro de los acuerdo más importantes que reforzarán la defensa aérea de Japón ha sido la confirmación de la instalación, a lo largo del próximo año, del radar de banda X, que se desplegará como sistema de alerta temprana antimisiles. El lugar será la base militar de Kyogamisaki, en Kioto, en el oeste del archipiélago. Por otra parte, Okinawa, uno de los puntos más polémicos de la alianza militar entre ambos países, también era tratado durante la cumbre. Los marines norteamericanos que se encuentran desplegados en Okinawa abandonarán la base a partir de la primera mitad de la próxima década. Japón ayudará económicamente al traslado de este contingente a otros puntos del archipiélago y del Pacífico, para ello pondrá sobre la mesa unos 3.100 millones de dólares.
Así, y tras reforzar los vínculos con Seúl, EEUU potencia su alianza con Tokio con el objetivo de contrarrestar al poder militar que pueda ir adquiriendo Corea del Norte en la zona. Por el rabillo del ojo, e indirectamente, todas estas maniobras están encaminadas a equilibrar el enorme despegue militar de China en el Pacífico.
defensa.com
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