Los
tres satélites SY-7, CX-3, SJ-15 fueron llevados al espacio por el
cohete portador CZ-4C. Ya en agosto aparecieron las primeras noticias
sobre sus extrañas maniobras orbitales. Los satélites realizaban
maniobras de acercamiento y uno de ellos, dotado de un brazo robótico,
enganchó a uno de los otros satélites.
Las
declaraciones oficiales chinas sobre el lanzamiento de los satélites
indicaban que los ingenios cumplían tareas de investigación científica,
en particular, relacionadas con la asistencia técnica de los aparatos
espaciales. La prueba del brazo robótico se corresponde completamente
con dicha descripción. Las naves Space Shuttle también estaban dotadas
de semejantes instrumentos. Se los utilizaba para el servicio técnico y
el retorno a Tierra de los satélites. Por otra parte, el brazo robótico
puede resultar un medio exótico, costoso e inseguro como instrumento
para abatir los satélites enemigos.
De
las tecnologías probadas durante el experimento, a primera vista solo
la tecnología de acercamiento tiene relevancia militar. En el pasado, la
Unión Soviética elaborada satélites caza IS con el objetivo de
acercarse a los aparatos espaciales del enemigo y destruirlos por medio
de una explosión. A partir de que los satélites chinos se acercaban de
lleno, y en uno de los casos, de acuerdo con las informaciones, a un
satélite viejo lanzado aún en 2005, que probablemente estuviese fuera de
servicio, los chinos resolvieron dicha tarea.
De
tal modo, a la par con los ya probados sistemas de misiles
antisatélites sobre la base de los cohetes DF-21 y posiblemente de los
DF-31, que despegan directamente desde tierra y abaten con las ojivas de
impacto cinético los aparatos espaciales enemigos, china puede disponer
de satélites asesinos de modelo soviético. Estos satélites pueden ser
puestos en órbita en los períodos de incremento de la tirantez bélica y
permanecer allí largo tiempo a la espera de la orden de ataque.
Teóricamente también pueden impactar contra objetivos a grandes alturas,
que los sistemas basados en los misiles balísticos.
Al
propio tiempo, la destrucción de un satélite con un arma antisatélite
puede ser probada fácilmente y, desde el punto de vista jurídico, es un
acto de guerra. Es probable que China contemple variantes más flexibles
de disminución de la eficacia de los satélites enemigos, alterando su
funcionamiento sin necesidad de destruirlos. La captura de satélites
enemigos con el brazo robótico, la alteración de su orientación, el
deterioro de algunas de sus piezas y asimismo la puesta de
interferencias pueden ser variantes más convenientes.
En algunos casos
el enemigo incluso puede no determinar que fue objeto de una
intervención.
China
contempla el arma antisatélite como uno de los métodos asimétricos de
resistencia a la supremacía técnica norteamericana. La concepción china
de las operaciones a través de las redes electrónicas supone
paralelamente la lucha radioelectrónica, los ataques contra los sistemas
de comunicaciones, las misiones de espionaje y mando, y asimismo los
ataques contra las redes de computadoras. Dicha concepción desempeña el
papel central en las variantes de conflictos militares que examina
Pekín. La atención especial que se presta al bloqueo radioelectrónico y a
la destrucción de satélites enemigos en estas condiciones es natural e
inevitable. Como resultado China cuenta ya ahora con el programa más
poderoso de creación del arma antisatélite en el mundo.
Foto: berlogamisha.mybb.ru
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