El Ministerio de Defensa
italiano está midiendo con lupa sus prioridades de gasto después de que
sus contrataciones hayan caído un 28% este año y ya se conozca que
continuarán descendiendo en el futuro. En total, la partida militar del
país se ha desplomado hasta los 13.600 millones de euros en 2012 y se
prevé que se reduzca, aún más, hasta quedar en 10.000 millones en 2015,
un 26,5% menos que ahora.
De momento, se recuerda en la información que Defense News ha dedicado a este asunto, el Gobierno ya ha reducido el número del personal adscrito a la Defensa del país, tanto militar como civil; ha planeado la venta e incluso la donación de hasta un tercio de los buques de la Armada y ha recortado el número de aviones de combate de quinta generación F35 que tenía previsto adquirir de 131 a 90.
A
la vez, se han priorizado las necesidades operacionales de las fuerzas
armadas, lo que incluye vehículos, torretas y protección de la fuerza.
Concretamente, se ha previsto un nuevo paquete de vehículos de 18
toneladas para despejar rutas de dispositivos explosivos improvisados (IED) y otros sistemas desarrollados por la industria italiana para el Ejército, como señuelos y radares terrestres, que podrían ser desplegados el año que viene en Afganistán.
En todo caso, Italia
se muestra reacia a desprenderse de sus capacidades, por lo que
prefiere contar con un poco de todo, aunque de manera limitado. Esto le
está abocando a dilatar la culminación de sus programas pendientes para
no tener que cancelar muchos de ellos.
Un ejemplo claro es el del avión F35,
el proyecto más caro de todos, cuya reducción podría acallar en cierto
grado las críticas políticas que reclamaban su eliminación dadas las
dificultades económicas por las que están pasando los ciudadanos del
país.
El primer JSF (sobrenombre del F35 por las siglas de Joint Strike Fighter, avión conjunto de combate en inglés) comenzará a operar desde la Base Aérea de Amendola en 2016, según reveló hace unos días el jefe de adquisiciones Claudio Debertolis a la publicación italiana Analisi Difesa.
En cualquier caso, explica Defense News,
el controvertido programa de este avión continuará en el punto de mira
alentado por el constante incremento en su precio. El ministro de
Defensa, Giampaolo Di Paola, explicó en una comisión parlamentaria que los primeros JSF
encargados por Italia llegarían a costar alrededor de 80 millones de
dólares cada uno (62 millones de euros al cambio actual), aunque el
precio podría incluso descender hasta los 70 millones (54 millones de
euros) o incluso 60 millones (poco más de 46 millones de euros). Sin
embargo, Deterbolis explicó más recientemente que las tres aeronaves que
Italia prevé encargar en 2013 supondrán un gasto de 127,3 millones de
dólares cada una (cerca de 98,4 millones de euros).
Entre los grandes programas que Italia está llevando a cabo también destaca el de las fragatas de la clase FREMM,
que está desarrollando junto a Francia. Italia tiene previsto completar
un lote de 10 unidades de ese tipo avanzado de buque multipropósito
cuya construcción ya está en marcha.
Los planes de recortes en la
Defensa italiana también incluyen una fuerte reducción de sus efectivos.
Este año ha aprobado una reducción de 33.000 militares con los que
ayudar al descenso de 3.000 millones de euros en los presupuestos de
2015.
Giampaolo Di Paola calificó esta reforma como una medida a
“gran escala” a la altura de la supresión del servicio militar
obligatorio en Italia hace más de una década.
El
proyecto de ley italiano contempla que la fuerza actual de 183.000
militares deberá reducirse hasta quedar en 150.000 en 2024, y que el 30
por ciento de las bases y propiedades de las Fuerzas Armadas habrán de ser vendidas en los próximos seis años.
La
reducción de personal será más profunda en los rangos superiores: se
suprimirá el 30% de los almirantes y generales en seis años y el 20% del
resto de oficiales en diez años.
Foto: Ministerio de Defensa de Italia
Infodefensa.com
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