Para evitar que la ‘rebelión de las máquinas’ se haga
realidad, el Pentágono ha emitido una nueva directiva que priva de la
libertad de decisión a los robots armados.
EE.UU. ha firmado una serie de instrucciones diseñadas a “minimizar la probabilidad y las consecuencias de fallos” en ingenios armados
autónomos y semiautónomos.
Según el documento, los robots deben ser equipados con “un sistema de
seguridad, con los mecanismos que protejan de la fractura”.
Pero lo más importante es que "los dispositivos deben funcionar de
acuerdo con las órdenes de un operario o si no es posible hacerlo, dejar
de cumplir la misión”.
Miedo al progreso
La causa de la preocupación del Pentágono
es un firme avance del progreso, que paso a paso desplaza a los humanos
en tomar la decisión de a quién matar. Actualmente los sistemas autónomos
militares no son capaces de actuar por sí mismos. Sin embargo, gracias a
la nueva tecnología, en el futuro próximo, los drones podrán actuar sin
la autorización humana. Desde ese momento, cuando EE.UU. da su
aprobación para elaborar o desarrollar un arma autónoma, un grupo
especial de expertos del Departamento de Defensa de EE.UU. examinará su
nivel de manejabilidad y su capacidad de obedecer las órdenes. El
desarrollo de las armas inquieta también a Human Rights Watch, que
recientemente hizo público un informe con la proposición de prohibir
mediante una herramienta legal internacional “el desarrollo, la
producción y el uso de las armas completamente autónomas”.
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