Debido a la creciente influencia de China a nivel
mundial, esta misma década las relaciones chino-estadounidenses podrían
sufrir una crisis que no tardará en convertirse en un conflicto militar,
opinan algunos analistas.
Según afirma el experto Avery Goldstein en su texto publicado en el portal Foreign Affairs , los
acontecimientos de los últimos años demuestran que la amenaza de una
posible crisis en las relaciones entre las dos potencias nucleares es
real e inminente.
Después de que disminuyera la tensión entre
los dos países en torno a la cuestión de Taiwán, que constituyó el
principal punto de fricción para Pekín y Washington desde mediados de
los años noventa, aparecieron nuevos posibles riesgos que amenazan con
fomentar un conflicto abierto en el este de Asia.
Mientras
que China y sus países vecinos siguen discutiendo cuestiones
territoriales sobre los derechos marítimos en los mares de China
Meridional y de China Oriental, EE.UU. se comprometió a proteger a dos
rivales de Pekín en esta cuestión, Japón y Filipinas, y además se
muestra dispuesto a apoyar también a Vietnam.
Según Goldstein, la actitud de EE.UU. ante
estas disputas es algo ambigua. Por un lado, Washington mantiene una
posición neutral en cuestiones de propiedad territorial e insiste en la
resolución pacífica del problema, pero, por otro lado, sí reafirma su
compromiso de apoyar a sus aliados en caso de un conflicto.
Por su
parte, China tiene la intención firme de seguir defendiendo sus
intereses vitales en asuntos territoriales.
La ambigüedad de EE.UU. acerca de la línea roja del posible conflicto
y la incertidumbre de la propia situación hacen aumentar la
probabilidad de que una de las partes emprenda acciones provocativas de
forma inesperada, advierte el experto.
Asimismo, considera Goldstein, los debates entre Pekín y Washington
sobre los límites de navegación en aguas internacionales también podrían
contribuir a desencadenar una grave crisis en la región.
Goldstein también señala que el equilibrio entre el poder nuclear y el
poder convencional militar de China y EE.UU. es "bastante unilateral" .
Al percibir una amenaza proveniente de Washington y darse cuenta de
la ventaja estadounidense en el campo de las armas convencionales, Pekín
podría sentir la tentación de utilizar el armamento convencional antes
de que sea destruido por los norteamericanos. Goldstein opina que China podría
considerar que un ataque rápido a gran escala sería la mejor manera de
conseguir que las fuerzas de EE.UU. se retiren de la zona.
Según el analista, el hecho de que ambas partes dispongan de arsenales nucleares ayudará a evitar que estos lleguen a emplearse, mientras que el uso de las armas tradicionales por parte de los dos países agravará la situación, socavando la estabilidad que proporciona la disuasión nuclear . Teniendo
en cuenta los avances tecnológicos de los últimos años, gracias a los
cuales se mejoró la precisión y la eficacia de las armas convencionales,
el efecto letal de estas podría proporcionar una gran ventaja al país
que inicie las acciones militares.
Goldstein afirma que las
armas de gran precisión son eficaces solo antes de que el oponente
emprenda un contraataque, dado que la gestión del armamento moderno hoy
en día es extremadamente vulnerable a los ataques militares
tradicionales, así como a los ataques cibernéticos a causa de la
sofisticación de los sistemas electrónicos y de los satélites.
El
experto concluye que el uso de armas convencionales solo puede abrir el
camino a una serie de errores impredecibles, y no hay garantías de que
no conlleve una catástrofe nuclear inesperada.
http://actualidad.rt.com
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