El vehículo aéreo de combate sin tripulación (UCAV) Neuron, desarrollado por un consorcio liderado por la firma francesa Dassault,
iniciará a finales de noviembre sus pruebas de vuelo. Durante estos
primeros ensayos se comprobarán las cualidades aeronáuticas del avión y
se medirá su capacidad para pasar desapercibido.
La puesta en el
aire de este aparato ha sido aplazada en varias ocasiones durante los
últimos meses por motivos de seguridad. Sin embargo, ahora, el propio
jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea francesa, el general Denis Mercier,
ha anunciado oficialmente que la aeronave “debe hacer su primer vuelo
en noviembre de 2012”, según una noticia del diario francés La Tribune.
Únicamente el mal tiempo podría retrasar de nuevo este primer vuelo del Neuron
en el que se “pondrán a prueba las cualidades aeronáuticas del ingenio y
se medirá su capacidad de sigilo”, explica en la mencionada información
el delegado general de la Agencia Francesa de Adquisiciones de Defensa (DGA), Lauren Collet-Billon.
Por su parte, Eric Trappier, consejero delegado del fabricante, Dassault Aviation,
no se ha atrevido a dar una fecha sobre el primer vuelo de este modelo,
del que de momento únicamente existe una unidad de demostración. A
finales de septiembre Trappier llegó a asegurar que el aparato iba a
“volar en un par de semanas”.
El programa del Neuron está
dirigido por un consorcio industrial europeo reunido en torno al
fabricante francés. El resto de participantes, de cinco países
distintos, son Alenia (Italia), SAAB (Suecia), EADS-CASA (España), Hellenic Aerospace Industry (Grecia) y RUAG (Suiza).
Este
proyecto, cuyo coste se estima en 406 millones de euros, “podría
continuar hasta 2014”, explica el responsable de la empresa francesa.
Gran Bretaña no forma parte de este programa al estar inmerso en el desarrollo de su propio UCAV, el Taranis. Sin embargo, Francia y Gran Bretaña iniciaron un nuevo proyecto, el Demon, “que tiene como objetivo aprender del Neuron y del Taranis para desarrollar un prototipo que será un verdadero sistema de armas”, según Collet-Billon, de la DGA francesa.
El
general Mercier recuerda que Francia, al igual que otros países
europeos, deberá comenzar a sustituir sus cazas actuales en torno al año
2030. Por eso marca ese año como horizonte de la reflexión que debe
iniciarse en Europa “acerca de las futuras plataformas de combate,
incluidos sus aspectos industriales”. En el plano operativo, añade, se
trata de saber qué papeles tendrán “asignados los aviones de combate y
los drones armados” en el año 2030, explica el jefe del estado mayor de la fuerza aérea francesa.
A su juicio, aunque todavía “no está bien definido el nicho de uso de los drones armados”, es muy probable que se acabe optando por “un uso mixto de aeronaves tripuladas y no tripuladas”.
Un
grupo de estudios europeos está “actualmente trabajando sobre este
punto”, explica. Y aclara: “El precio de un UCAV será el mismo que el de
un avión de combate, por lo que un UCAV desechable para penetrar las
defensas enemigas no es un concepto realista”. Es más eficaz, concluye,
atacar con “misiles de crucero cuando el objetivo ha sido identificado”.
El diario Le Tribune,
de cuya información se ha extraído buena parte de esta noticia, es uno
de las publicaciones económicas de referencia en Francia.
Seis países detrás del proyecto
El programa Neuron nació como consecuencia de una iniciativa del año 2003 emprendida por el Gobierno
francés para desarrollar un prototipo de UCAV elaborado en un marco de
cooperación europea. De este modo, según la información facilitada por
Dassault, los departamentos de diseño europeos tenían entre sus manos un
proyecto que les permitiese desarrollar sus conocimientos y mantener
sus capacidades tecnológicas durante los siguientes años.
El
proyecto va más allá de los estudios teóricos que se han realizado hasta
ahora, ya que contempla la construcción de una aeronave no tripulada
cuyas características llegarían a ser demostradas en vuelo. De ahí la
importancia de las pruebas que previsiblemente se iniciarán a finales de
este mes.
Con el proyecto del Neuron, además, se
pretendía poner en práctica un proceso de innovación en materia de
gestión y organización de un programa de cooperación europea. Para que
resultase eficaz, se optó por mantener un único punto de decisión, la
DGA, y un único punto de ejecución, Dassault Aviation (contratista
principal). Además, como se ha explicado, en el proyecto también
participan compañías de otros cinco países europeos, gracias a la
colaboración de sus respectivos gobiernos.
Foto: Dassault Aviation
Infodefensa.com
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