En
el marco del denominado “Plan Escudo Norte”, creado por el Ejecutivo
nacional argentino para custodiar la frontera jurisdiccional, ya han
llegado a Resistencia tres aviones cazabombarderos A4-AR Fightinghawks
de la Fuerza Aérea Argentina, destinados a la vigilancia y control del
espacio aéreo del norte argentino.
Las funciones específicas que
desplegarán se enmarcan en el plan para combatir el narcotráfico,
contrabando y trata de personas, pero también en las más rigurosas
medidas dispuestas por el gobierno nacional para controlar las
importaciones. En el Centro de Vigilancia Aeroespacial de Resistencia
se encuentra ya también la dotación de personas, equipos e insumos que
asistirán a los aviones durante el mes de permanencia en suelo chaqueño.
Antes de recalar en Resistencia, esta dotación de cazabombarderos A4-AR Fightinghawks se encontraba operativa en Santiago del Estero, y cumple misiones rotativas en distintas bases aéreas del Norte del país. Reemplazarán en la tarea a una sección de IA-58 Pucarás, que pasaron a cubrir la guardia en la base aérea de Reconquista, Santa Fe.
La llegada de los caza demanda la intervención y el traslado de unas 150 personas entre pilotos, mecánicos, técnicos y otro personal. Una parte de la dotación arribó el domingo al aeropuerto de Resistencia a bordo de un Hércules, y el resto llegó ayer en un Fokker, transportando también parte de insumos necesarios para asistir a las máquinas.
Escudo Norte
El plan fue lanzado en junio de 2011 por el Ministerio de Seguridad de Nilda Garré y con participación también de la cartera de Defensa que encabeza Arturo Puricelli. Tiene como objetivo combatir el tráfico de drogas, el contrabando y la trata de personas. El 30 de diciembre de 2011, Cristina Kirchner prorrogó por decreto las tareas de “vigilancia y el control del espacio terrestre, fluvial y aéreo de jurisdicción nacional en las fronteras noreste y noroeste” del país previstas en el Plan Escudo del Norte, hasta el 31 de diciembre de 2012.
La norma extendió por un año más las operaciones de las fuerzas de seguridad (Gendarmería, Prefectura y policías provinciales) en coordinación con efectivos de las Fuerzas Armadas afectados al operativo “Fortín” que supervisa el brigadier mayor Humberto Trisano.
El protocolo que siguen los aviadores establece, entre otros procedimientos, aproximación desde atrás para no ser vistos, tomar fotos del avión intruso, registrar su matrícula, luego mediante señas de interpretación internacional se le pide identificarse; en algunas oportunidades se le muestra de cabina a cabina un cartel con la referencia 12,5 Mhz en la que el piloto interceptado debe colocar su radio para recibir instrucciones.
El paraguas de detección está cubierto por cuatro radares tridimensionales (proveen altura, orientación y distancia de los aviones) ubicados en Resistencia, Santiago del Estero, Posadas y Las Lomitas (Formosa).
Antes de recalar en Resistencia, esta dotación de cazabombarderos A4-AR Fightinghawks se encontraba operativa en Santiago del Estero, y cumple misiones rotativas en distintas bases aéreas del Norte del país. Reemplazarán en la tarea a una sección de IA-58 Pucarás, que pasaron a cubrir la guardia en la base aérea de Reconquista, Santa Fe.
La llegada de los caza demanda la intervención y el traslado de unas 150 personas entre pilotos, mecánicos, técnicos y otro personal. Una parte de la dotación arribó el domingo al aeropuerto de Resistencia a bordo de un Hércules, y el resto llegó ayer en un Fokker, transportando también parte de insumos necesarios para asistir a las máquinas.
Escudo Norte
El plan fue lanzado en junio de 2011 por el Ministerio de Seguridad de Nilda Garré y con participación también de la cartera de Defensa que encabeza Arturo Puricelli. Tiene como objetivo combatir el tráfico de drogas, el contrabando y la trata de personas. El 30 de diciembre de 2011, Cristina Kirchner prorrogó por decreto las tareas de “vigilancia y el control del espacio terrestre, fluvial y aéreo de jurisdicción nacional en las fronteras noreste y noroeste” del país previstas en el Plan Escudo del Norte, hasta el 31 de diciembre de 2012.
La norma extendió por un año más las operaciones de las fuerzas de seguridad (Gendarmería, Prefectura y policías provinciales) en coordinación con efectivos de las Fuerzas Armadas afectados al operativo “Fortín” que supervisa el brigadier mayor Humberto Trisano.
El protocolo que siguen los aviadores establece, entre otros procedimientos, aproximación desde atrás para no ser vistos, tomar fotos del avión intruso, registrar su matrícula, luego mediante señas de interpretación internacional se le pide identificarse; en algunas oportunidades se le muestra de cabina a cabina un cartel con la referencia 12,5 Mhz en la que el piloto interceptado debe colocar su radio para recibir instrucciones.
El paraguas de detección está cubierto por cuatro radares tridimensionales (proveen altura, orientación y distancia de los aviones) ubicados en Resistencia, Santiago del Estero, Posadas y Las Lomitas (Formosa).
Luis Piñeiro
http://www.defensa.com
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